sábado, 8 de octubre de 2011

Levántate y anda

No fue fácil, pero el momento había llegado... ya no podía demorarse más... era la hora de dejar de ser animal de cuatro patas, y pasar convertirme en esa suerte de simio bípedo posmoderno.
¿Podrían aguantar aquellas pequeñas piernas todo el peso?, solo había una forma de averiguarlo. Así que poco a poco fui levantándome del suelo. Agarrado al borde de una mesa fui ganando altura hasta llegar a ver las cosas desde otra perspectiva, la que daban mis 80 centímetros de pies a cabeza. Ya con el panorama más claro, tracé la ruta a seguir y me llené de valor.
Lo que vino después me ha llevado hasta aquí.
Aquellos primeros pasos titubeantes son similares a los que doy hoy escribiendo el post que inaugura este blog. No sé a dónde me dirigirán; pero igual que por aquel entonces, tengo la esperanza de que si me caigo por el camino, una mano amiga que me ayudará a levantarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario